Civil Society Organizations Call for an End to Inhumane and Environmentally Damaging Aerial Spraying Program in Colombia

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A statement signed by 32 civil society organizations from the United States, Colombia and Latin America in support of an end to the inhumane and damaging aerial spraying program in Colombia.

“For over fifteen years, civil society organizations in the United States and Colombia have called for an end to this inhumane and environmentally damaging program,” said Lisa Haugaard, executive director of the Latin America Working Group Education Fund.  “Now is the time to end this controversial program for once and for all and to invest in rural development programs for communities. This offers a more sustainable and effective, as well as humane, solution.”

Read below or download the statement here.


Una declaración publica de 32 organizaciones de sociedad civil en los Estados Unidos, Colombia y América Latina urgiendo la suspensión del programa de fumigación aérea destinado a erradicar cultivos de coca y amapola que son considerados de uso ilícito.

“Durante más de quince años, organizaciones de la sociedad civil en Estados Unidos y Colombia han pedido que se ponga fin a este programa inhumano y nocivo para el ambiente,” dijo Lisa Haugaard, directora del Grupo de Trabajo sobre América Latina (LAWG). “Ya es la hora para terminar este programa controvertido y dedicarse a programas de desarrollo rural para comunidades, que pueden brindar una solución a la vez más humana, y más sostenible y eficaz.”

Se puede leer la carta abajo o haga clic aquí.

Civil Society Organizations Call for an End to Inhumane and Environmentally Damaging Aerial Spraying Program in Colombia

May 5, 2015

[véase español abajo]

Colombia’s Minister of Health on April 27, 2015 recommended that his nation’s counternarcotics agency immediately suspend the use of aerial spraying to eradicate coca, the plant used to make cocaine. This move followed the announcement in March that the World Health Organization’s International Agency for Research on Cancer had determined that glyphosate, the chemical herbicide used in the spraying, was a “probable carcinogen” for humans.[i] The Colombian government is currently considering this recommendation. In the meantime, Colombia’s National Police director called for spraying to avoid houses and food crops in response to the health minister’s recommendation.

We applaud the minister of health’s recommendation and urge the Colombian government to suspend the aerial spraying program intended to eradicate coca and poppy. For over fifteen years civil society organizations in the United States and Colombia have called for an end to this inhumane and environmentally damaging program. The chemical spray used in the program damages delicate ecosystems and destroys food crops. The chemicals are routinely sprayed on people’s houses, farm animals and water sources. The food security of indigenous and Afro-Colombian communities and small-scale farmers has been affected, and the many health claims raised by people affected by fumigations have been ignored. By destroying drug crops without adequately helping farmers transition to food crops, aerial spraying causes displacement and environmental damage as people, and coca growing, move from one area to the next.

Despite the high human and environmental cost, for nearly a decade it has been apparent that spraying does not bring nationwide reductions in coca cultivation. Growers adapted to the spraying in numerous ways, and the U.S. government measured as much coca planted in Colombia in 2007 as it did in 2001. The reductions measured since then are the product of greater government presence on the ground in some traditional coca-growing zones. They took place during a period of steadily reduced spraying.

Moreover, the Colombian government and FARC guerrillas, currently negotiating a peace agreement to end over fifty years of conflict, have already agreed to a drug policy accord that limits aerial fumigation to a tool of last resort, emphasizing instead joint cooperation with rural farming communities to transition away from coca and poppy to food crops and other economic activities. Both the Colombian government, and the U.S. government which has provided material and political support for the aerial spraying program, should use this moment to begin adhering to this accord’s proposed reforms. It is long past time to move towards more humane and sustainable solutions.

Latin America Working Group (LAWG)
Washington Office on Latin America (WOLA)
Interamerican Association for Environmental Defense(AIDA)
Oxfam
Environmental Investigation Agency
Center for International Policy (CIP)
Open Society Foundations Global Drug Policy Program and Latin America Program
Institute for Policy Studies, Drug Policy Project
Jesuit Conference, National Advocacy Office
AFL-CIO
United Church of Christ, Justice and Witness Ministries
Drug Policy Alliance
Amazon Watch
Colombia Human Rights Committee
Witness for Peace
Mennonite Central Committee U.S. Washington Office
MamaCoca
Yira Castro Legal Foundation
Colombian Platform for Human Rights, Democracy and Development
José Alvear Restrepo Lawyers’ Collective
Congress of the People, Organizations and Processes
Intereclesiastical Commission of Justice and Peace

Communities Constructing Peace in Territories (CONPAZ)
Censat Agua Viva of Colombia
Colombia-Europe-United States Coordination (CCEEU)
Institute of Studies for Development and Peace (INDEPAZ)
The Environment and Society Association (AAS)
United Kingdom Drug Observatory
Observatory of Crops and Producers Declared Illicit (OCDI)
CocaNasa Indigenous Industry
Black Communities Process (PCN)
Dejusticia

 

Organizaciones de la sociedad civil piden poner fin al inhumano y ambientalmente nocivo programa de fumigación aérea con glifosato en Colombia
5 de mayo de 2015

El 27 de abril de 2015, el Ministerio de Salud de Colombia recomendó a las autoridades antinarcóticos del país suspender inmediatamente el uso de fumigación aérea para erradicar cultivos de coca, planta utilizada para producir cocaína. Esta recomendación vino después del anuncio hecho en marzo por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, la cual determinó que el glifosato, el herbicida químico utilizado en la fumigación, era “probablemente cancerígeno” para los humanos[ii]. Actualmente, el Gobierno de Colombia está considerando aplicar esta recomendación. Mientras tanto, y en respuesta a la recomendación del Ministerio de Salud, el director de la Policía Nacional de Colombia pidió que la fumigación se realice lejos de casas y cultivos de alimentos.

Aplaudimos la recomendación del Ministerio de Salud y urgimos al Gobierno colombiano a suspender el programa de fumigación aérea destinado a erradicar cultivos de coca y amapola que son considerados de uso ilícito. Durante más de quince años, organizaciones de la sociedad civil en Estados Unidos y Colombia han pedido que se ponga fin a este programa inhumano y nocivo para el ambiente. La sustancia química utilizada en la fumigación daña ecosistemas vulnerables y cultivos de alimentos. El químico es rociado rutinariamente sobre casas, animales domésticos y fuentes de agua. La seguridad alimentaria de comunidades indígenas y afrocolombianas, y de agricultores de pequeña escala ha sido afectada; y se han ignorado las múltiples denuncias sobre impactos en la salud de personas afectadas por las fumigaciones. Al destruir los cultivos de uso ilícito sin apoyar adecuadamente la transición de los campesinos a la siembra de alimentos, la fumigación aérea provoca desplazamiento y daños ambientales mientras las personas y los cultivos considerados ilícitos pasan de una zona a otra.

A pesar del alto costo humano y ambiental, ha sido evidente durante casi una década que la fumigación no ha reducido el cultivo de coca de uso ilícito a nivel nacional. Los productores se han adaptado a la fumigación de diversas maneras, y mediciones del gobierno de Estados Unidos han identificado que la cantidad de coca sembrada en 2007 es la misma a la sembrada en 2001. Las reducciones identificadas desde entonces han sido producto de una mayor presencia del Estado en algunas zonas tradicionales de producción de coca. Ello ocurrió durante un periodo constante de reducción de fumigación.

Por otra parte, el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, que actualmente negocian un acuerdo de paz para poner fin a más de cincuenta años de conflicto armado, han llegado ya a un acuerdo sobre política antidrogas que limita la fumigación aérea a una herramienta de última instancia, enfatizando en su lugar la cooperación con comunidades agrícolas rurales para realizar el tránsito de cultivos de coca y amapola de uso ilícito a la siembra de alimentos y a otras actividades económicas. El Gobierno de Colombia y también el de Estados Unidos, el cual ha brindado apoyo político y material al programa de fumigación aérea, deben aprovechar este momento para adherirse a las reformas propuestas en este acuerdo. Ya es tiempo de avanzar hacia soluciones más humanas y sostenibles.

Latin America Working Group (LAWG)
Washington Office on Latin America (WOLA)
Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA)
Oxfam
Environmental Investigation Agency
Center for International Policy (CIP)
Open Society Foundations Global Drug Policy Program and Latin America Program
Institute for Policy Studies, Drug Policy Project
Jesuit Conference, National Advocacy Office
AFL-CIO

United Church of Christ, Justice and Witness Ministries
Drug Policy Alliance
Amazon Watch
Colombia Human Rights Committee
Witness for Peace
Mennonite Central Committee U.S. Washington Office
MamaCoca
La Corporación Jurídica Yira Castro
La Plataforma Colombiana de Derechos Humanos Democracia y Desarrollo
Corporación Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”
Organizaciones y Procesos del Congreso de los Pueblos

Comunidades Construyendo Paz en los Territorios (CONPAZ)
Intereclesiastical Commission of Justice and Peace
Censat Agua Viva de Colombia
La Coordinación Colombia Europa Estados Unidos (CCEEU)
Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ)
Asociación Ambiente y Sociedad (AAS)
Observatorio de drogas de Reino Unido
Observatorio de cultivos y cultivadores declarados ilícitos (OCDI)
CocaNasa Industria Indígena
Proceso de Comunidades Negras (PCN)
Dejusticia


[i]The International Agency for Research on Cancer determination was made by 17 experts from 11 countries, who determined that glyphosate was a “probable carcinogen” for humans. In an article published in The Lancet,the IARC asserted glyphosate “induced DNA and chromosomal damage in mammals, and in human and animal cells in vitro” and that “case-control studies of occupational exposure in the USA, Canada, and Sweden reported increased risks for non-Hodgkin lymphoma.”

[ii]La determinación de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC en inglés) fue hecha por 17 expertos de 11 países, quienes determinaron que el glifosato era “probablemente cancerígeno” para los humanos. En un artículo publicado en The Lancet, la IARC afirmó que el glifosato “inducía daños en el ADN cromosómico de los mamíferos, y en células humanas y animales in vitro” y que “los estudios de caso y controles de exposición ocupacional en EE.UU., Canadá y Suecia informaron de mayores riesgos de linfoma non-Hodgkin”.